La banda francesa de heavy metal Gojira dejó una marca indeleble en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2024 con una presentación que fusionó metal y ópera, desafiando las expectativas del público y provocando reacciones mixtas.

En un acto que muchos espectadores no estaban preparados para ver, Gojira interpretó una versión única del himno francés del siglo XIX “¡Ah! Ça Ira”, acompañados por la mezzosoprano Marina Viotti y un impresionante despliegue de efectos visuales.

La actuación, que duró apenas dos minutos y medio, fue una recreación moderna de la Revolución Francesa.

Con una simbólica María Antonieta decapitada cantando desde el palacio de la Conciergerie.

Los miembros de Gojira—Joe Duplantier (vocalista y guitarrista), Mario Duplantier (baterista), Christian Andreu (guitarrista) y Jean-Michel Labadie (bajista)—interpretaron sus partes desde diferentes ventanas del palacio, rodeados de fuego y una atmósfera cargada de simbolismo.

El líder de la banda, Joe Duplantier, explicó que el objetivo era mostrar “algo fresco, nuevo y original” y subrayó la intención de representar la historia y la cultura francesa.

Asegurando que “no hay nada satánico” en la representación. A pesar de las críticas de algunos sectores, especialmente de comentaristas de derecha que catalogaron la actuación como “propaganda satánica”, la comunidad metalera vio el momento como una validación del género en un escenario global.

Incluir a Gojira fue idea del Comité olímpico

La idea de incluir a Gojira en la ceremonia surgió del Comité Olímpico y del compositor Victor le Masne. Joe Duplantier mencionó que la experiencia fue surrealista y destacó la responsabilidad de representar al metal frente a una audiencia mundial.

La banda trabajó de manera meticulosa para adaptar la canción “¡Ah! Ça Ira” a su estilo, combinando ritmos de doble bombo, riffs potentes y gruñidos característicos del género.

El proceso de preparación incluyó múltiples etapas, desde la creación de una maqueta inicial hasta ensayos con una orquesta de 300 músicos clásicos franceses.

Duplantier resaltó la importancia de todos los participantes, incluidos los músicos clásico. Aunque no fueron el foco principal de la actuación, jugaron un papel crucial en la creación de la atmósfera musical.

La actuación de Gojira en los Juegos Olímpicos no solo marcó un hito para la banda, sino que también destacó la capacidad de la música para cruzar fronteras y unir diferentes estilos y culturas.

Duplantier expresó su orgullo por haber sido parte de un evento tan significativo y agradeció al Comité Olímpico por darles la oportunidad de mostrar “lo que es Francia” en un contexto global.

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